Érase una vez, un muchacho de pelo oscuro que decidió
emprender un largo viaje por el mundo para investigar la naturaleza humana.
Un día de caluroso verano llegó a un pueblo medieval bañado por el mar
Báltico . El joven sumamente interesado por la cultura del lugar
visitó multitud de lugares, de los cuales el que más le fascinó fue la casa
de un viejo comerciante que había sido habilitada como lugar de explicacion
histórica local. Pero su mayor sorpresa fue descubrir en lo más alto
de la ciudad el castillo construido durante los siglos xii y xiv: el Castillo de
Toopea.
Una vez saciada su hambre intelectual pasó por la taberna donde
comió: Suitsukala y bebió licor Vana de Tallin, pero claro cuando
le dieron a elegir entre una Saku y una Saare no pudo resistirse
y decidió pedir una de cada,cambiando así ese primer líquido elemento
Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO ...
miércoles, 10 de agosto de 2005
DSFÍO
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