viernes, 18 de junio de 2004

A los pies de Botero I

... un aeropuerto es capaz de impregnarte de un glamour efímero. Ese es uno de los atractivos ocultos del garage de los aeródromos. Puedes ser huésped de miles de ellos, a cual más diferente, y siempré sentirás un hormigueo por tu columna vertebral que te inducirá a alzar ligeramente los hombros y la mirada. Eso significa que el glamour se ha quedado prendado de ti. ¿Por cuánto tiempo? Un tiempo que se prolonga desde que se cruza la entrada del aeropuerto hasta el umbral de la puerta de embarque. Sientes cómo por esos pasillos la vanalidad (perdón, la celebridad) vaga, y por unos instantes recorre tu ser poseyéndote ferozmente.

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