El kilómetro cero de la capital española ha sido el lugar ideal donde se ha erigido una nueva ciudad, una nueva ciudad que hasta hace 6 días podría haber pasado por una de esas mágicas y maravillosas capitales invisibles de Italo Calvino.
Sin embargo, el azar, la indignación y el tesón de unos muchos, se han confabulado para ofrecer una dimensión que hasta ahora, había permanecido escondida a la espera del momento idóneo para emerger.
Son las 3 de la madrugada y bajo orientales jaimas -haciendo mudo honor a las últimas revoluciones árabes- se juega al ajedrez, y se convocan asambleas espontáneas para tratar temas trascendentes para la organización de esta comunidad utópica-palpable, que ya no sólo se toca sino que también se huele y se vive.
Son las tres de la madrugada y el Sol brilla en una plaza abarrotada, y se repiten los lemas de cambios en petit comité, como si de mantras se trataran para alejar malos espíritus.
En el ágora, se debate sobre economía, filosofía, democracia y se producen encuentros intergeneracionales; encuentros en que en ocasiones los mayores animan a los jóvenes y en otras somos los jóvenes los que intentamos contagiar de esperanza a ajados escépticos maltratados por un sistema injusto.
Son las tres de la madrugada en Sol, y bajo esas jaimas, se lee, se comparte, se duerme, se conversa pero sobretodo, y hoy más que nunca: SE SUEÑA.
Sin embargo, el azar, la indignación y el tesón de unos muchos, se han confabulado para ofrecer una dimensión que hasta ahora, había permanecido escondida a la espera del momento idóneo para emerger.
Son las 3 de la madrugada y bajo orientales jaimas -haciendo mudo honor a las últimas revoluciones árabes- se juega al ajedrez, y se convocan asambleas espontáneas para tratar temas trascendentes para la organización de esta comunidad utópica-palpable, que ya no sólo se toca sino que también se huele y se vive.
Son las tres de la madrugada y el Sol brilla en una plaza abarrotada, y se repiten los lemas de cambios en petit comité, como si de mantras se trataran para alejar malos espíritus.
En el ágora, se debate sobre economía, filosofía, democracia y se producen encuentros intergeneracionales; encuentros en que en ocasiones los mayores animan a los jóvenes y en otras somos los jóvenes los que intentamos contagiar de esperanza a ajados escépticos maltratados por un sistema injusto.
Son las tres de la madrugada en Sol, y bajo esas jaimas, se lee, se comparte, se duerme, se conversa pero sobretodo, y hoy más que nunca: SE SUEÑA.
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